Weekender

Al fin viernes y todavía no lo puedo aprovechar a full porque me queda inglés particular, pero después de las nueve empezó oficialmente mi fin de semana.

Fue una semana bastante movidita con el colegio, los preparativos para el viaje de egresados y las evaluaciones que nos están tomando los profesores porque no quieren que nos vayamos a Bariloche sin notas. Por cierto hablando de Bariloche, el 12 de septiembre me voy. No lo puedo creer, faltan nada más dos semanas y parece ayer cuando entraba por primera vez al colegio y a la secundaria. Es increíble cómo pasa el tiempo.

Lo bueno fue que ayer no tuve clases por un problema de falta de agua en el colegio y eso me permitió organizarme para el viaje: hacer la lista de cosas para llevar, fijarme qué cosas necesito además de lo que tengo (excusa perfecta para ir de shopping), buscar el pantalón de sky que tengo y no encuentro por ningún lado, y después finalmente divagar con mi mejor amiga de qué íbamos a hacer en Bariloche.

Y para variar ya arreglaron el agua en el colegio así que tuvimos clases como todos los días y fue interminable. Las horas no pasaban, los profesores querían dar clase a toda costa ¿No se dan cuenta de que ya no tenemos más ganas de nada? ¿Qué no vemos la hora de que sean la 1.25 de la tarde y Fernanda toque el timbre? Al parecer no, porque siguen y siguen dando temas y más temas, que para colmo nadie entiende y después evalúan.

No me dan tregua, porque acabo de entrar en el dilema de ¡¡¿Qué me pongo para ésta noche?!!, es el momento en que me pongo a ver mi guardarropa y siento que da lástima, que no tengo nada, encima con este clima de mierda en que en Agosto hacen 30º ¿Dónde se vio eso en la Argentina? Ahora deberíamos estar todos muertos de frío y no en short y musculosa; para eso está el verano. Me molesta el calor. Quiero frío, frío y más frío.